Ensayos


MAGRITTE PARA CINÉFILOS

Por Enrique Cano

En todas las épocas* artístas y estudiosos han vertido sus conceptos sobre el arte. En el arte. Uno de los hitos fundamentales sobre la interpretación de la producción visual, en particular, sucede en el Siglo XVII cuando el principio de semejanza se cruza con la incipiente teoría de la representación.

A partir de los estudios realizados sobre todo por Michel Foucault la representación conecta las relaciones entre las palabras y las cosas; las cosas y las imágenes.

Es entre imágenes y palabras donde el pintor belga René Magritte y su vicario amigo, Michel Foucault se entrelazan en ensayos sobre lo visual que competen a todo el que busca a través de la imagen.

a. El Mundo Invisible de René Magritte.

El Mundo Invisible de René Magritte es el nombre de la impresionante retrospectiva que acaba de abandonar el Palacio de las Bellas Artes de la Ciudad de México. Este deleite imaginario que abarca casi 4 décadas de trabajo artístico de René François-Ghislain Magritte convivió de manera sorprendente con los muralistas perpetuos de los grandes muros del recinto, con la asombrada y divertida audiencia, y por las noches, con los conciertos presentados en el teatro de este gran pastel de merengue del centro histórico del de efe.

Pinturas, dibujos, grabados, partituras y una maqueta, además de fotografías personales y cortometrajes del artista, se reunieron por primera ocasión en América Latina. 152 objetos provenientes de más de 30 colecciones de nueve países. Un verdadero paseo por casi 40 años del trabajo artístico de Magritte. 

El montaje mostró los distintos acercamientos del artista a lo largo de tres etapas: su llegada a las primeras vanguardias; su definición surrealista, sus trabajos como ilustrador, y la publicación del fabuloso “Las palabras y las imágenes”, un auténtico manifiesto de su ideario pictórico, expuesto en una pared como escrita por él mismo, y publicado, originalmente, en 1929 por la revista La revolución surrealista.

Roxana Velásquez, quien junto con Sandra Benito se encargó de la curaduría de este verdadero viaje se refirió así del trabajo de Magritte y las obras expuestas:
“Magritte tiene que ver con el análisis surrealista, pero él elige un camino especial, que es el estudio de los objetos cotidianos, decide que la palabra describe una sola cosa, en cambio una imagen implica muchas otras, esto es resultado de la semiótica y el análisis lingüístico que hace muy asociado a la publicidad, porque en sus inicios trabajó en la publicidad, hacía carteles”.


b. Esto no es una Pipa, Michel Foucault. (Las Palabras y Las Cosas).

En su búsqueda hacia una “Arqueología del Saber” Michel Foucault se aproxima a expresiones artísticas y terminos científicos del siglo XVII.  Es en “Les mots et les choses” de 1966, donde anuncia el fin de una de esas expresiones que mediaba las conexiones entre las palabras y las cosas: la  semejanza. Y señala el nacimiento de una época “clásica” a partir del concepto de RE-presentación.

En El Lenguaje del Arte, Omar Calabrese lo explica de la siguiente manera: “La representación teorizada en el siglo XVII excluye cualquier relación entre palabras y cosas en términos de semejanza, e introduce un esquema prefigurado de órdenes y relaciones basados en sistemas de signos. El primer ejemplo del nuevo orden de la representación analizado por Foucault, es un cuadro de Velázquez, Las Meninas, uno de los más conocidos ejemplos de virtuosismo “realista” del siglo XVII. Pero según el autor, (Foucault) aquí no se trata de ninguna manera de “realismo” es decir, de imagen mimética del mundo físico.” Y atentos con esta parte… “Velázquez ha intentado, más bien, ofrecer a través del cuadro una reepresentación de la idea de representación, poniendo en escena todo lo que constituye la máquina misma de la pintura, y sobre todo las miradas que la fundan(…)”

El ensayo inicia así:
“El pintor está ligeramente alejado del cuadro. Lanza una mirada sobre el modelo; quizá se trata de añadir un último toque, pero también puede ser que no se haya dado aún la primera pincelada. El brazo que sostiene el pincel está replegado sobre la izquierda, en dirección de la paleta; está, por un momento, inmóvil entre la tela y los colores. Esta mano hábil depende de la vista; y la vista, a su
vez, descansa sobre el gesto suspendido. Entre la fina punta del pincel y el acero de la mirada, el espectáculo va a desplegar su volumen.”





Regresando a donde andaba.

En el párrafo anterior Calabrece habla de “el primer ejemplo del nuevo orden de la representación analizado por Foucault, es un cuadro de Velázquez….”

El segundo ejemplo que rescata es el “pequeño libro” Esto no es una pipa (Foucault, 1973).

Una probada del texto: 
“Lo que desconcierta es que resulta inevitable relacionar el texto con el dibujo (a lo cual nos invitan el demostrativo, el sentido de la palabra pipa, el parecido con la imagen), y que es imposible definir el plan que permita decir que la aserción es verdadera, falsa, contradictoria.
No puedo quitarme de la cabeza que la diablura radica en una operación que la simplicidad del resultado ha hecho invisible, pero que sólo ella puede explicar el indefinido malestar que éste provoca. Esa operación es un caligra-
ma secretamente constituido por Magritte, y luego deshecho con cuidado. Cada elemento de la figura, su posición recíproca y su relación se derivan de esa operación anulada una vez realizada. Detrás de ese dibujo y esas palabras, [p. 33] y antes de que una mano haya escrito lo que sea, antes de que hayan sido formados el dibujo del cuadro y en él el dibujo de la pipa, antes de que allá arriba haya surgido esa gruesa pipa flotante, es necesario suponer, creo, que
había sido formado un caligrama, y luego descompuesto. Ahí están la constatación de su fracaso y sus restos irónicos.”p.7-8. 







c. cinéfilos y lenguaje.

Secuencia, escena, toma o plano dependen todos, dicen los que saben, de un buen guión. Un texto cinematográfico que permita o mejor, que implique una visualización. Las palabras que evocan las imágenes de las cosas.

La unidad de todo lenguaje requiere de otros de su naturaleza para combinar mediante códigos o reglas, en articulaciones para representar significados. El lenguaje del cine no es excepeción. Una sutileza une pero no confunde a las palabras y las cosas al hablar de imágenes: el tiempo.   

Diferencia notable entre las palabras y las imágenes radica en el hecho de que las primeras hacen presente lo que no está. Mientras que una imagen hace presente lo que YA no está**. Diferencia sustancial la aparición de la temporalidad utópica e irremediablemente existente de la cosa. Aún proveniendo de lo más profundo de la imaginación, aún viviendo sólo en la negación de lo visual, toda imagen es la huella de una cosa visual que alguna vez estuvo allí, aquí. Esperando ser narrada, escrita, pintada, esculpida, filmada.



Bibliografía


Michel Foucault, Esto no es una pipa, Ensayo sobre Magritte
EDITORIAL Anagrama


LAS PALABRAS Y LAS COSAS, una arqueología de las ciencias humanas
por
MICHEL FOUCAULT

Siglo XXI




*me gusta pensarlo así.
**otra vez, me gusta pensarlo así.






































UNA EDICIÓN
      Por:  Roberto Garza Angulo

“No puedo escuchar a nadie que marque el compás con los dedos sobre una mesa sin sentirme inmediatamente perturbado y absorbido por esa especie de animo diferente que ese ritmo propone.”
         Federico Fellini

El siguiente texto ha sido construido cortando y pegando (editando) extractos de escritos tomados de algunos cineastas.  Es importante aclarar que las frases están descontextualizadas de su ámbito, sacadas de éste para crear otro, cuya forma dependerá de la manera en que estén colocadas, espero no perturbar con el ritmo propuesto, marcado por el compás de la edición.  He aquí el resultado obtenido:
Las imágenes son frágiles.  Las palabras casi nunca logran traducirlas bien (Wim Wenders).  El guión, hecho de palabras, es un trabajo que no tiene ningún interés, porque, si se trabaja sobre papel, ¿por qué hacer películas?  
Existe en el hombre un deseo por imágenes, únicas capaces de satisfacer la necesaria noción de identidad (Jean-Luc Godard).  De acuerdo con su naturaleza, el cine no tiene demasiado que ver con la realidad como lo tiene con nuestros sueños colectivos: él registra nuestro estado mental (Werner Herzog); Jung, en uno de sus últimos libros, dice que la obsesión por los platillos voladores (vistos realmente, objetivamente existentes) es una necesidad inconsciente de volver a contemplar la aparición de lo sagrado; los platillos voladores, según esto, son sustitutos de los ángeles (Pier Paolo Pasolini).   Este doble movimiento que nos proyecta hacia otro ser al mismo tiempo que nos conduce al fondo de nosotros mismos, define físicamente al cine (Jean-Luc Godard).
Esto no significa, sin embargo, que el cine se alimenta únicamente de imágenes que expresan lo sobrenatural, un pequeño tema puede servir de pretexto a combinaciones múltiples y profundas (Robert Bresson); vale la pena escudriñar en la vida cotidiana de quien sea, en todas hay secretos y dramas (Krzysztof Kieslowski).  Uno camina por la calle y su vista se cruza con la de un transeúnte.  Algo de inquietante hay en su mirada, uno es llenado por una sensación de intranquilidad.  Uno ha sido influido psicológicamente, uno ha sido puesto en un cierto estado de animo (Andrey Tarkovski).  Para comunicarlo, lo que hacemos es obligar a nuestra imaginación a pintarnos una serie de cuadros o situaciones concretas adecuadas a nuestro tema.  La suma de las escenas así imaginadas despierta en nosotros la emoción requerida, el sentimiento, la comprensión y la verdadera experiencia que buscamos (Sergei Eisenstein).  Ahora bien, ¿cómo filmar ese momento?: La tragedia es la vida en primer plano, la comedia, la vida en plano general (Charles Chaplin).

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